Compendio de Teología
Santo Tomás de AquinoTiene el atractivo de lo espontáneo. Y, al ser una de sus últimas obras, revela el postrero y definitivo pensamiento del Angélico en bastantes cuestiones, tales como la sistematización teológica del tratado de Dios Trino, la polémica contra los averroístas sobre la constitución psíquica del hombre, el tema del interim o escatología intermedia, la discusión sobre el «nihilismo» cristológico, el problema de la concepción pasiva de la Virgen María y otras, cuya enumeración cansaría al lector.
Admira, sobre todo, la originalidad de sus recursos metodológicos, por ejemplo, la particular manera de introducir el problema del mal en el contexto expositivo de la Providencia divina, o el planteamiento general de la Historia de la salvación y del pecado original, que le sirve de prólogo a su Cristología.
Santo Tomás lo plantea como una ayuda a los catequistas, ofreciéndoles un tratado sencillo y sistemático de todas las cuestiones teológicas. En particular, lo dirige a un tal Reinaldo (o Reginaldo), con estas palabras, en las que resume el contenido del Compendio: «Con el fin de ofreceros, mi querido hijo Reinaldo, un compendio de la doctrina cristiana que podáis tener siempre a la vista, me propongo tratar en la presente obra de estas tres cosas: primera, de la fe; segunda, de la esperanza; tercera, de la caridad»